El sucio negocio de la guerra

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Cuando el país nacional amparado en mil razones estaba a un paso de tumbar al fiscal por sus presuntos nexos con Odebrecht, Un acto criminal, demencial condenable desde donde se mire, reencauchó al fiscal y a la derecha colombiana.

Y quiero hacer énfasis en que un acto terrorista como el acaecido en contra de unos jóvenes por no decir adolescentes, oriundos de diferentes partes del país, de familias humildes, con sueños de juventud, son miserablemente masacrados por un grupo criminal, la sociedad queda perpleja ante este tipo de barbarie.

Nuestro raciocinio se desborda ante el dolor de sus madres, padres, abuelos, novias, hermanos y demás familiares y amigos, a ellos les quedó mutilada su alma.

También nos debe doler que un sector minoritario de derecha y los propios corruptos incrustados en diferentes instituciones del estado colombiano, aprovechen para salir a pontificar sobre el dolor de los familiares de las victimas del aleve hecho.

Los autores intelectuales del acto criminal contra la Escuela general Santander, insignia de la seguridad nacional, pretendían dar como mínimo 2 mensajes: Primero: “no habrá ningún lugar seguro en Colombia”. Segundo: “los que tanto apuestan porque haya guerra, ahí la tienen”.

Pero qué tan dementes escoger como víctimas a un grupo de jóvenes con alma de niños que estaban en transición de la adolescencia a la juventud, como los son hoy nuestros propios hijos.

Un acto criminal como este era el que estaba esperando el gobierno nacional y sus amigos para poder agitar la bandera de la guerra, que es la que durante las últimas dos décadas, les ha generado los mejores dividendos políticos y económicos.

Los últimos gobiernos desde Pastrana pasando por Uribe y Santos tuvieron clara su bandera de gobierno. Pastrana como estrategia del Pentágono fue elegido con la bandera de la paz, cuya función era sacar a las farc de sus escondites para identificarlos, medirlos y luego exterminarlos.

Uribe fue la fase 2 de los gringos y su misión fue derrotar militarmente a las Farc, su bandera fue la de la guerra. Como ese plan B falló, eligieron a Santos y en un cambio de estrategia se hizo reelegir con la bandera de la paz.

La bandera adoptada por Duque ha sido la de tumbar a Maduro como Presidente de Venezuela.

El atentado contra la escuela de policía general Santander le entregó una nueva bandera que la mayoría de este país no esperaba, no queremos; la bandera de la guerra.

Por: Miguel Rodríguez Hortúa – miguel.rh12@hotmail.com
Twitter: @miguel_rh12

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