A sus 50 años, el Pigoanza revivirá

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En evidente respuesta a una columna y varias notas nuestras en Facebook, la Gobernación del Huila por boca de su Secretario General, Francisco Javier Ruiz Ortiz, ha anunciado la apertura de una licitación pública por $2.136 millones para realizar el rescate, con «algunas adecuaciones», del Teatro Pigoanza, «aunque no en tal magnitud como lo que se tenía previsto realizar» con los recursos de la OCADE, obtenidos en la administración de Carlos Mauricio Iriarte por $4,600 millones que, por las discrepancias con los copropietarios del edificio, quienes no estuvieron de acuerdo, por sus costos, con los cambios estructurales que el proyecto exigía, tuvieron que ser devueltos, con pena, al Ministerio de Cultura nacional.

Se ha reducido, pues, el proyecto de renovación total del Teatro a la mitad de lo previsto en la administración Iriarte, pero ahora sí, parece, con el acuerdo de los copropietarios, la licitación por $2.136 millones se abrirá en el mes de junio, esperando el gobierno departamental que en el mes de octubre el Teatro será de nuevo abierto al público.

Y será una buena celebración de los 50 años del Teatro, terminado en abril e inaugurado el miércoles 6 de mayo de 1970 (según informa el “Diario  del Huila” del sábado 9) con una copa de champaña ofrecida a ochenta personas invitadas, encabezadas por el gobernador Augusto Paredes Tamayo, el alcalde Rodrigo Lara Bonilla y los miembros de la Junta Directiva de la Beneficencia del Huila Felio Andrade Manrique, Guillermo Plazas Alcid, Ricardo Dussán Romero y Rómulo González Trujillo, por el gerente-síndico de la entidad, constructora y propietaria del Teatro, Daniel Gutiérrez Blanco, y la proyección de la cinta  “El Lago de los Cisnes”

El Pigoanza seguirá siendo, tras su modesta remodelación, la mejor sala de cine de la ciudad y prácticamente el único escenario adecuado para presentaciones teatrales, de modo que sería de desear que su administración se encargara a uno, o a todos, los grupos teatrales que funcionan en Neiva sin un escenario adecuado.

Se evitará así que el Pigoanza caiga de nuevo en manos de burócratas ignorantes, que se aprovecharon de él económicamente, y lo llevaron al estado de abandono en que se encontró por casi 14 años, hasta perder su protagonismo como sede de los eventos musicales del festival del San Pedro en inolvidables espectáculos, como los entonces importantes concursos nacionales de composición e interpretación de música andina y de expresiones folclóricas como los rajaleñas, que permitieron el surgimiento de grandes compositores e intérpretes de la música  local y nacional.

Esta remodelación, pues, aun sin la magnitud que hace cuatro años se proyectara, es una grata noticia para la cultura del Huila y como tal la celebramos.

Por: Delimiro Moreno – morenodelimiro@gmail.com
Twitter: @opipaisa

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